miércoles, agosto 22, 2007

El metro y Mamá Tingó



El sufrimiento del mártir dominicano no termina con su muerte.

La consistencia y astucia de los opresores y la inagotable ambición de los traidores han desvanecido el espíritu de libertad y han marchitado el amor y el respeto del pueblo para con sus héroes y mártires.

La indignación del mártir dominicano no termina con su muerte

La opresión y el acoso político unido a la esclavitud económica que sufrieron en vida se transforman, en la actualidad, en deshonestas conmemoraciones, maquiavélicamente planeadas sus verdugos y ejecutadas por sus traidores.

Los hipócritas discursos “alabando” el patriotismo de la nación y los “logros obtenidos” gracias a la lucha y muerte de nuestros mártires solo son opacado por los solemnes aplausos de los que, creyendo en la honestidad de las “autoridades” se unen a los que, a sabiendas, asesinan una vez mas al mártir conmemorado.

El cambio de táctica ha sido efectivo. El arte del engaño ha anestesiado al pueblo que, desorientado, se desvanece entre las tinieblas de su miseria, al tiempo que agota su última gota de patriotismo, tratando de satisfacer, en vano, sus necesidades.

Solo un hecho sin precedente podrá despertar al pueblo hipnotizado.
Una conmemoración, un monumento o el nombre de alguna avenida que revele el carácter engañador de tales conmemoraciones por lo insólito de la misma.

Algo tan extraño que ponga al descubierto la verdaderas intenciones de los que se aprestan a “honrar” nuestros mártires.

¡Quizás, si los traidores se equivocan y deciden nombrar la principal estación del metro de Santo Domingo en el municipio de Villa Mella con el nombre de Mamá Tingó dizque en “tributo” a la memoria de la líder sindical y campesina Florinda Soriano Muñoz que luchó por el derecho a la tierra y por cuya causa fue asesinada en 1974 en Gualey, Hato Viejo, Yamasá, el pueblo despertará!

Sólo hay que imaginarse, a miles de campesinos mostrando su “agradecimiento” al ver que el fruto de la lucha campesina dirigida por Mamá Tingó le permitirá mantenerse “trabajando con su mocha y su machete en los conucos de su propiedad”?

¡Quizás, si los traidores se equivocan!
¿Cuantos dominicanos despertaran y se unirán a los campesinos quienes “agradecidos” entonaran aquellos famosos cánticos que dicen:
"No me dejen sola, suban la vó/ Que la tierra e mucha y dá pa tó/
En el campo entero se oye una vo/ Vive en hato Viejo, Doña Tingó/ Agarren la mocha y suban la Vó; que hay una junta de Sol a Sol".

¿Quienes al despertar se unirán a la “Lucha Grande” y con sus propias manos traten de reclamar lo que le pertenece?

¿Quienes, honrando la memoria de una simple campesina, se unan a su canto y, llenándose de coraje, griten a los cuatro vientos:
"A desalambrá, ahí, a desalambrá ahí"?

¿Quienes imitaran al reducido grupo de campesinos indignados, quienes al enterarse de la suerte de Doña Tingó “tumbaron desde el río Guanuma hasta Lo Alto, y en una sola noche, todos los postes de la cerca que protegía la tierra reclamada por Mamá Tingó?

Quizás, si cometen un error de esa magnitud se pueda oír al pueblo celebrar la victoria cantando:
"A Pablo día le dijeron
Tumban los alambre tó
Dijo que venia pacá
Y el pecho se le apretó.


Felipe Lora
23 de Agosto de 2007

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